La valija del abuelo - Pancho Aquino

(cuento fantástico)

     Nuestro abuelo fue siempre un ser muy amable y jovial. A pesar de sus ochenta y tres años, parecía un niño.
     Él nos permitía todo lo que nosotros queríamos, lo único que no debíamos hacer era tocar una vieja valija que guardaba en su habitación. Muchas veces le preguntábamos qué tenía adentro, pero él no nos respondía nada, aunque, por supuesto, nosotros queríamos saber qué había en esa valija.
     Así, todos los fines de semana los pasábamos jugando con este ser tan especial, hasta que, cansados, nos quedábamos profundamente dormidos.
     Una noche, ruidos extraños nos despertaron. Escuchábamos la voz del abuelo y otras voces, parecían niños muy contentos.
     Luego, las voces se apagaron y nos volvimos a dormir.
     Al día siguiente. le preguntamos al abuelo quién lo había visitado, pero él, muy seriamente, nos contestó que nadie había estado en su habitación. Durante todo ese día, el abuelo llevó una sonrisa en los labios, estaba muy feliz.
     Un día, estábamos solos en la casa y no pudimos vencer la tentación; fuimos a buscar la valija y la abrimos. De repente, una luz brillante nos encandiló y vimos aparecer a un duende, a un ángel, a un hada y una montaña de juguetes viejos y relucientes, al mismo tiempo.
     El duende se levantó y dijo:

     -  "Chicos, no se asusten, nosotros somos amigos del abuelo. Hace muchos años, desde que era pequeño, nos guarda en esta valija, que para él es como un cofre del tesoro. Algunas personas guardan dinero, propiedades; otras, cosas materiales, pero él quiso conservar al niño que un día fue. Por eso, es feliz y vive bien, reuniéndose, cada noche, con sus recuerdos, con sus juguetes, su inocencia y su niñez nunca perdida.
     Todos tenemos la oportunidad de elegir. Ustedes pueden, desde ahora, empezar a guardar. Consigan una valija, y a lo largo del tiempo, vayan llenándola con aquellas cosas que sean parte esencial de cada momento de su vida.
     Recuerden que siempre que nos necesiten, nos encontrarán dentro de la valija donde guarden los juguetes, los recuerdos, el amor y el deseo de seguir siendo niños".

     Cerramos la valija y salimos al parque; estábamos muy emocionados cuando vimos al abuelo regresar por el sendero. Su rostro nos pareció el de un niño, un niño al que recordábamos haber visto entre las viejas fotos del álbum que la abuela, muchas veces, nos había mostrado.









¿Quién es Pancho Aquino?









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