Acción modeladora del agua



MOVIMIENTO DEL AGUA


Los océanos y los mares no son masas de agua estáticas, sino que tienen tres movimientos regulares: olas, corrientes marinas y mareas.

OLAS

Son ondas de distintos tamaños que el viento produce sobre la superficie del agua. A 30 metros de profundidad, ya no se notan. Pueden alcanzar hasta 6 o 7 metros de altura y al acercarse a la orilla se frenan con el fondo de la costa marina, se vuelven inestables y se rompen.


Dentro de las olas el agua se mueve de manera circular.
La parte más alta se llama CRESTA.


CORRIENTES MARINAS

Son desplazamientos de las masas de agua dentro del fondo del océano, con dirección fija y constante. Se producen por distintos factores; entre ellos la diferencia de salinidad y temperatura en distintas regiones, el efecto del viento y las mareas, la forma del fondo de los océanos y la rotación de la Tierra.

Según por dónde se mueva el agua, las corrientes pueden ser superficiales o profundas. En las superficiales predomina la acción del viento. En las corrientes profundas influye mayormente, la diferencia de temperatura y salinidad del agua. Las masas de agua fría tienen más sales y son más pesadas, por lo que se desplazan hacia el fondo y se mueven desde las zonas polares hacia el Ecuador. A medida que se calientan se hacen más livianas, ascienden y se mueven hacia los polos, cerca de la superficie.



Las corrientes marinas transportan nutrientes o influyen en el clima.
Según sean cálidas o frías, modifican la temperatura y humedad del aire.


MAREAS

Son movimientos periódicos de ascenso y descenso del agua, producidos por la acción gravitatoria de la Luna y del Sol sobre la Tierra. Generan un cambio en el nivel del agua de los océanos y mares, y también en el de los ríos que terminan en el mar, principalmente en las zonas de su desembocadura.

La pleamar es el movimiento en el que el agua alcanza su máxima altura y la bajamar es el momento opuesto (mínima altura). El tiempo aproximado entre una pleamar y una bajamar es de seis horas.


                                                


LA ACCIÓN DE LA HIDROSFERA SOBRE LA SUPERFICIE TERRESTRE.

La hidrosfera modifica de manera continua el relieve terrestre.
Estas modificaciones consisten, principalmente en el desgaste de los materiales que forman parte de la superficie. A medida que el agua desgaste las superficies, transporta parte de los materiales hacia zonas más bajas del terreno, donde se depositan.

En los mares, al chocar contra las costas, las olas desgastan lentamente las rocas. Así se generan los acantilados, con enormes formaciones redondeadas.

Los océanos desgastan los materiales aportados por los ríos y los restos de seres vivos que se acumulan en el fondo. Estos componentes tan diversos se depositan en las costas y forman las playas.

En los ríos, el agua forma corrientes caudalosas de mucha fuerza, que desgastan y transportan materiales a lo largo de todo su recorrido. De esta manera, se forman los cauces, o lechos por los que corren los ríos. Los materiales transportados por las corrientes se depositan en su desembocadura y una parte es transportada por los océanos. En ciertos lugares, sin embargo, estos depósitos se acumulan y dan origen a formaciones conocidas como deltas.

Los glaciares también desgastan la superficie terrestre. A medida que avanzan entre las laderas de las montañas, las masas de hielo que forman los glaciares excavan las rocas y arrastran materiales. Como consecuencia, los valles por los que circulan los glaciares se hacen más profundos y más anchos. Por su parte, los materiales que son arrastrados por los glaciares se depositan al pie de las laderas y forman acumulaciones llamadas morrenas.




Estrada de a uno - Ciencias Naturales 5to
Ronda de ciencias 5 - Estación Mandioca

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